TARRAGONA PARTE II: TORRE DE PRETORIO Y CIRCO ROMANO

¡Hola!

Volvemos por fin a la carga, después de un parón obligado, con las pilas muy muy cargadas y muchas ganas de contaros mil y una cosas.

Os juro que quería hacer una serie de tres post sobre Tarragona y su centro histórico. Quería hacerlas seguidas pero intercalando entre una y otra otras cosillas... ¿Pero que ha pasado? Que se me ha ido la cabeza por completo. Tenía ganas de compartiros otras cosillas y me he dado cuenta que la primera - y última hasta día de hoy - publicación del tema fue el 11 de julio... ¡ha pasado ya más de un mes!

Pero bueno, tampoco creo que os importe mucho que los continúe ahora, ¿verdad?

¡Pues allá vamos!

Hoy os traigo la parte II de este post de Tarragona. Esta vez os enseño La Torre de Pretorio y el Circo Romano. Y atentos al próximo 12 de septiembre que os traeré la tercera y última parte de este ruteo por Tarragona, ¡no te lo pierdas!

¿Empezamos?

Como os conté en la primera parte, nosotros cogimos una entrada que nos permitía acceder a los 4 monumentos más significativos del casco histórico: la muralla, la torre de pretorio y el circo romano, el anfiteatro y el foro, y todo ¡por menos de diez euros! Un chollazo...

Pues bien, como os he contado antes, la segunda parada era la Torre Pretorio y el Circo Romano. Realmente todo estaba en el mismo edificio... bien, se entraba por la misma puerta mejor dicho. El circuito en sí te hace entrar por la Torre Pretorio, una torre que se usaba para cruzar la parte baja de la ciudad hasta el foro provincial, pasando por el circo y el amfiteatro, el cual estaba comunicado por pasadizos subterráneos. 

Como curiosidad contaros que, en el siglo XII, se convirtió en el palacio de los reyes de la corona de Aragón y, más tarde, en una cárcel.

Sinceramente... si hubiese estado presa en semejante cárcel se me hubiese hecho mucho más llevadero con estas vistas, ¿habéis visto? ¡Preciosas!

Además, dentro de la misma torre y antes de acceder al circo romano, pudimos disfrutar de una pequeña exposición de restos de la época que se habían encontrado en la zona. 

Vistas del circo desde la torre.

Una vez bajadas las escaleras, y cruzar el largo túnel, accedimos al circo romano. El Circo era un edificio destinado a carreras de caballos y carros. Estaba situado entre la Via Augusta y el foro - del que os hablaré en la tercera parte -. Tenia una forma alargada de unos 325 metros de longitud y hasta 115 de ancho, vamos, ¡enorme!. Tenía una capacidad para unos 30.000 espectadores. Se construyó en el siglo I d.C. y tiene la particularidad de estar situado dentro de la ciudad, cosa que hace que tenga unas características arquitectónicas únicas.

Si os fijáis, en la fachada de la pared se ve como era antes el Circo, o bueno... parte de él. La verdad es que ayuda a hacerse una idea de como era todo esto antes de que se deteriorara tanto...

Y yo qué puedo decir, ¡quedé prendada de Tarragona! La verdad es que me enamoré de esa ciudad más de lo que pensé en un primer momento. 

¿Os ha gustado el post de hoy?